Querida Adriana
¿Cómo estás?
Te escribo para comentarte como ha sido mi proceso desde el mes de junio que terminé el diplomado contigo.
Ha sido sumamente interesante y gratificante, primero que nada te comento mis logros he bajado 13 kilos a la fecha, desde esa último sábado que estuvimos juntas ya había empezado a poner más atención en lo que comía, después decidí si hacer dieta más por un componente de disciplina que por privación de algún alimento. Las primeras semanas si hubo privación pero después empecé a incluir cosas que me gustaban tratando de no darle valor al alimento.
También detecte mis momentos de ansiedad, de frustración y como en lo primero que pensaba era en algo que pudiera comer, como me metía a la cocina a escondidas incluso de mi hija que apenas tiene un año para buscar algo que me calmara el sentimiento que estaba llegando. Poco a poco estos momentos son más conscientes y en consciencia decido respirar y no entrar a la cocina y vivir el momento.
Que ha traído de positivo en mi comportamiento, creo que el mayor logro es poner límites sobre todo con mi marido, pude explicar asertivamente como me afecta su agresividad y como estas situaciones me sacan de mi centro por muchos días, le dije que sus agresión pasiva, su falta de comunicación y sus los llamaré “berrinches” son como si me golpeara físicamente y me tengo que ir a un hospital por lo menos una semana para recuperarme, que emocionalmente es tan fuerte y tan atemorizantes que no puedo estar como si no pasara nada.
Hablé de un problema que tuvimos hace 2 años durante nuestro viaje a Europa, él nunca me ofreció una disculpa y que había sido muy fuerte que algo se rompió dentro de mí en ese viaje, es realmente un tema muy largo pero después de 2 largos años, un embarazo y nacimiento de mi hija lo traje cargando sin poderme dejar disfrutar los momentos que estaba viviendo. Pude decir mis sentimientos reales y fui comprendida, eso fue muy liberador.
En lo cotidiano hablo con el más oportunamente y sin el miedo a que se enoje, he puesto límites y marcado reglas de convivencia. Claro que no es tema resuelto pero creo que es un buen inicio.
Hoy por hoy uso toda la ropa que había comprado con la ilusión de volver a ser flaca, eso me tiene muy contenta, sin embargo tengo un miedo paralizante, no he podido llevar a arreglar nada de la ropa que ya no puedo usar, si existe una voz que dice “tú sabes que la vas a volver a necesitar, no arregles nada”
Quiero agradecerte por ser parte de este proceso, aunque en el principio pensé por toda mi formación y en la que llevé mi proceso que faltaba llegar más profundo en las emociones, algo paso, algo muy mágico, estoy obteniendo los resultados que por mucho tiempo me esforzaba en vano por conseguir.
Sutilmente sembraste una semilla de cambio, escucho tu voz constantemente sobre todo cuando como de prisas o no pongo la mesa para mí ahí estas tú para recordarme que también soy importante para mí. Cuando siento este miedo y me recuerdas que no soy un producto terminado y que es un trabajo de estar conmigo todos los días, es un camino largo pero tengo más herramientas y ganas de transitarlo de una manera diferente.
Muchas, muchas gracias con el corazón te digo que eres parte de mi crecimiento y eso no se paga en esta vida.
Sigue con tu misión de vida que haces la diferencia en la vida de las personas que tocas con tu amor.
Que Dios te bendiga y acompañe siempre porque es a través de ti que Él nos habla.
Con todo mi cariño y agradecimiento.
Eloísa.